¡Comprobado! El amor perro-humano es real

El enorme amor hacia nuestros bebés caninos tiene una gran razón de peso y es que se ha comprobado que el simple contacto visual entre el perro y el dueño crea un vínculo afectivo muy fuerte.

Un estudio realizado por científicos del departamento de Ciencia Animal y Biotecnología de la Universidad Azabu en Japón, ha demostrado que la hormona del amor, la oxitocina, crea una conexión muy fuerte entre el animal y su mejor amigo.

Esta conexión es muy parecida a la que se crea a nivel biológico entre padres e hijos o entre amantes, y se crea cuando se ve fijamente al ser amado.

La oxitocina, actúa como neurotransmisor en el cerebro, y es la encargada de crear vínculos afectivos entre los seres humanos y otras especies, específicamente los perros.

“Cuando un perro y dueño se miran, ambos muestran un aumento de oxitocina”, afirma Takefumi Kikusui, líder del estudio.

Los humanos y los perros refuerzan sus vínculos biológicos en un circuito neuronal impulsado por la oxitocina y la forma de crear y reforzar este vínculo es sencilla y directa: una simple mirada recíproca.

Los perros pueden oler y escuchar a varios kilómetros de distancia, a su compañero humano con él que tienen este vínculo afectivo.

Cuando nos sentamos al lado de nuestro perro, cuando lo abrazamos o lo besamos, aseguramos que nuestro perro siente ese mismo amor incondicional que nosotros por él y parece que no estamos muy equivocados.

El amor que siente el can por las personas suele ser más fuerte que los sentimientos que surgen hacia sus hermanos cachorros.

“El perro nos quiere, siente un afecto real por nosotros, que va más allá de intereses concretos”.

Esta vinculación evidentemente comenzó cuando los perros fueron domesticados en un pasado lejano y fue de mucha ayuda para conectar a ambas especies.

Y aunque es bastante sabido que el perro es el mejor amigo del hombre, este estudio reafirma la teoría.