La delgada línea entre coqueteo y acoso sexual

Un insinuación o un coqueteo al venir de la personas correcta en el momento adecuado puede ser muy agradable, sin embargo de una persona equivocada en un momento inapropiado puede ser incómodo, vergonzoso y hasta ofensivo.

En un debate global, la pregunta sobre cuáles son las fronteras del acoso sexual y cuando ya se ha cruzado la línea no tiene una respuesta realmente clara.

El concepto de acoso sexual está establecido para el área laboral por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pero darle significado en otros ámbitos de la vida es muy complicado.

Cuando se siente atracción por una persona la principal acción es coquetear, pero se trata de hacerlo en el ambiente apropiado, de una manera respetuosa y no sexual.

Pero si la persona no está de acuerdo con el coqueteo, debe manifestarlo y la otra tendría que parar sus intenciones, pero según expertos el problema empieza cuando este mensaje es ignorado.

“El acoso se da cuando no se atienden los mensajes de que sus comentarios o comportamientos no son deseados, ni bienvenidos”.

Desafortunadamente a la mujeres se nos ha hecho creer que decir que no, en realidad es decir que si.

El machismo dificulta que la voluntad de la mujer sea oída, este es un mensaje que se nos mete en la cabeza desde niñas.

A las mujeres se les enseña que hay que hacerse del rogar, que hay que hacer sufrir al hombre, que hay que rechazar el coqueteo aunque este sea de su agrado.

Pero también hacerlo de forma tajante se cree que puede ser grosero, exagerado u ofensivo para el hombre, pero esto es necesario siempre que una situación de coqueteo se torna incómoda y ofensiva.