La depresión se ha convertido en la epidemia del siglo XXI

Según la Organización Mundial de la Salud la depresión afecta a cerca de más de 360 millones de personas en todo el planeta, por lo que es considerada la epidemia del siglo.

A la fecha es la patología de salud mental más frecuente que existe en el mundo, y es también una de las menos diagnosticadas y que más discapacidades y pérdida de tiempos de años productivos genera.

Esta enfermedad es un trastorno que hace que quien lo padezca pierda el sentido de la vida y la contemple de una forma sombría y negativa.

Metafóricamente la depresión se compara con “vivir con un perro negro”, un animal negativo y dominante que acompaña a quien la padece para recordarle su estado, arrebatarle el apetito, robarle el sueño y apoderarse de su seguridad y autoestima, hasta eliminar el gusto de aquello que antes le producía placer.

La depresión no sólo tiene causas ambientales, sino también genéticas, sin embargo pese a diversos estudios científicos no se ha podido identificar qué genes son los que aumentan el riesgo de sufrir este trastorno.

Las personas que sufren de esta enfermedad, no se dan cuenta que lo padecen, no reconocen su condición, pues habitualmente se suele buscar la atención ante otras patologías médicas pero no las vinculadas a los trastornos del ánimo.

La depresión no discrimina al elegir a sus víctimas, la padecen mujeres y hombres adultos, jóvenes, niños y adolescentes.

El asunto va más allá de estar triste, esta enfermedad causa dificultad para concentrarse, culpa, problemas de memoria, enlentecimiento del pensamiento, pesimismo, pérdida y aumento del apetito, disminución del líbido, agotamiento, trastornos del sueño, inhibición psicomotriz, entre otros.