Era 1968 y México se preparaba para lo que serían los XIX Juegos Olímpicos, no para enfrentar un hecho que marcaría por siempre la Nación. Sucedió un 2 de octubre.

A finales de los años 60, la Guerra de Vietnam atravesaba sus peores momentos, la inquietud internacional iba en aumento. Hacía apenas unos meses que había ocurrido la trágica primavera en París, el racismo en Sudáfrica estaba en su apogeo y México atravesaba una inestabilidad económica y debía estar listo para mostrarse al mundo. Sería el anfitrión de las Olimpiadas de México 68.

Foto: Google

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En muchos países del mundo, se realizaban manifestaciones sociales, México no era la excepción. El movimiento era conformado por estudiantes.

Los ánimos estaban encendidos. Los estudiantes se manifestaban en sus campus universitarios, hasta ahí llegaba la autoridad, intentando disuadir las manifestaciones. El gobierno estaba violando la autonomía universitaria, los estudiantes crearon El Consejo Nacional de Huelga.

Foto: Google

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El CNH estaba compuesto por delegaciones de estudiantes de más de 70 instituciones superiores y tenía más de 240 delegados y buscaba la derogación de los artículos 145 y 145b del Código Penal. Estos artículos decretaban penas de prisión para las reuniones no sancionadas por el gobierno y cualquier actuación que se pudiera considerar como “alteración del orden público” (medida generalmente utilizada como forma de represión política), la libertad de todos los prisioneros políticos y la abolición de los granaderos (unidades de policía especializadas en seguridad estatal).

Formación del Consejo Nacional de Huelga / Foto: Google

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El 1o. de agosto del 68, 50 000 estudiantes de la Universidad Autónoma de México y su rector, realizaban una marcha para protestar por las violaciones hacía la autonomía universitaria, fueron reprimidos con ocupación militar del campus central de la UNAM.

El 27 de agosto, unoS 200 000 estudiantes marcharon por el centro de la Ciudad de México, llegaron al Zócalo y ahí se instalaron hasta el día siguiente que llegó la policía. El gobierno de México no quería ningún tipo de revuelta que afectara su imagen internacional.

Las revueltas fueron inevitables, el gobierno mandó al ejército al Campus Universitarios ocasionando enfrentamientos con decenas de estudiantes heridos, se hablaba ya de represión.

Los estudiantes lanzaron un llamado para manifestarse el 2 de octubre, del mismo año, en la plaza de las Tres Culturas o Tletelolco.

Mientras 50 000 estudiantes protestaban y marchaban, fueron embestidos por el ejército que apareció ocupando las calle convergentes y aledañas. La matanza comenzó con el disparo de una bengala, a partir de ahí todo fue confusión y caos.

Los disparos sucedían indiscriminadamente. Los militares acechaban con arma en mano y los estudiantes huían con la desesperación en el rostro. Cuerpos inertes comenzaban a quedar en el suelo.

Tlatelolco 1968 / Foto: Google

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Tlatelolco 1968 / Foto: Google

Tlatelolco 1968 / Foto: Google

Tlatelolco 1968 / Foto: Google

Tlatelolco 1968 / Foto: Google

Tlatelolco 1968 / Foto: Google

Tlatelolco 1968 / Foto: Google

Tlatelolco 1968 / Foto: Google

Tlatelolco 1968 / Foto: Google

Se dice que fueron alrededor de 400 estudiantes, cifras extraoficiales dicen que fueron aún más, los heridos fueron llevados a hospitales militares.

El suelo cubierto de sangre era lavado a manguerazos, había que borrar la evidencia. Las huellas de la vida de esas personas fueron desvanecidas con los chorros de agua.

Han pasado muchos años y no se esclarece quién dió la orden. Se dice que fue el mismo presidente Gustavo Díaz Ordaz el que pidió a la Fuerzas Armadas acudir al lugar pero que fue el Comando Supremo de las Fuerzas Armadas quien ordenó el fuego.

Tlatelolco 1968 / Foto: Google

Tlatelolco 1968 / Foto: Google

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Tlatelolco 1968 / Foto: Google

Tlatelolco 1968 / Foto: Google

Tlatelolco 1968 / Foto: Google

Los documentos desaparecieron o no aparecen, no hay quien haya salido a aclarar los hechos o decir la verdad. Se especula que inclusive agencias del gobierno de Estados Unidos están vinculadas.

La poca apertura en la información, mantuvo cercada para los pocos testigos que había, la posibilidad de contradecir la “versión oficial”. Durante un tiempo, parte de la población mexicana y, sobre todo, mundial, no fue consciente de la realidad de lo ocurrido en México. Poco a poco, testimonios y evidencias han salido a la luz.


Y aunque se pudiera haber pensado lo contrario, la matanza de Tlatelolco no ocasionó recrudecimiento radical de las protestas o una reacción violenta hacia el gobierno, al contrario, los mexicanos enfrentaron su dolor en medio del desamparo y una especie de parálisis víctima del profundo dolor.

Revista LIFE

Revista LIFE

No se contaba con apoyo ni de adentro ni de afuera, todo era confuso. Había temor a actuar.

La matanza de Tlatelolco abrió el camino al pueblo mexicano, para buscar la  creación de la conciencia democrática, la libertad de expresión, el rechazo ante el poder autoritario. Pero, la herida sigue ahí, ese 2 de octubre no se olvida.


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