Vivir cerca de la naturaleza mejora la calidad de vida

Según diversos estudios científicos convivir muy de cerca con la naturaleza mejora la salud de las personas, disminuye los efectos negativos de la contaminación y el cambio climático.

Un informe realizado por el Instituto para la Política Ambiental Europea, confirma que la naturaleza reduce los niveles de estrés e incluso pasar un breve día de descanso en una zona verde tiene efectos positivos en el cuerpo.

“Vivir cerca de estas zonas proporciona beneficios sobre la concentración y estado de ánimo”.

En uno de los estudios más largos sobre este tema realizado por Peter James, investigador de Harvard School of Public Health, se concluyó que las personas que viven en áreas verdes tienen una tasa de mortalidad menor a las que viven en zonas urbanas.

Vivir en zonas verdes mejora la salud mental, brinda mayores oportunidades de compromiso social y aumenta la actividad física.

Estos estudios señalan que es necesario adoptar políticas urbanísticas que favorezcan el crecimiento de la vegetación y conserven la biodiversidad para así mejorar la calidad de vida de las personas.

Aseguran que el aumento de cobertura verde ayuda a abordar el efecto isla de calor, mitiga el ruido y mejora la calidad del aire.

La biodiversidad del suelo beneficia la salud al reducir la aparición de organismos causantes de enfermedades y proporcionar aire, agua y alimentos limpios.

Por otro lado la escritora Heike Freire en su libro, ¡Estate quieto y aprende!, relaciona el déficit de atención y la hiperactividad en los niños con el déficit de naturaleza.

Habla de las dificultades en los niños para desarrollarse plenamente y los problemas que causan el sedentarismo, el exceso de pantallas y la falta de contacto con la naturaleza.

Y que esto puede traer graves problemas en la salud de los infantes como la obesidad, la hiperactividad, enfermedades respiratorias y falta de vitamina C.