Muere Carla Sacchi; su esposo le llevaba serenatas

Murió Carla Sacchi, la anciana a la que su esposo le llevaba serenatas afuera de la clínica en donde se encontraba hospitalizada de coronavirus. La noticia ha sido confirmada por medios italianos que afirman, la mujer había regreso a su casa hace unos días, pero falleció el pasado jueves 26 de noviembre.

Recientemente su esposo, Stefano Bozzini, se había hecho viral tras llevarle serenata todos los días afuera del Emilia Romaña, que atiende a pacientes con coronavirus. El hombre se sentaba en un banco y tocaba su acordeón toda la tarde llamando la atención del personal médico que salía a aplaudirle por las ventabas.

“En esa serenata bajo las ventanas del hospital todos reconocimos el amor, en la simplicidad e inmediatez de su lenguaje universal”, escribió en Facebook Patrizia Barbieri, alcaldesa de la provincia de Piacenza tras enterarse de la muerte de Carla Sacchi.

“Quiero dar gracias al señor Stefano por ese gesto de ternura que nos recordó lo que realmente es quererse”, Patrizia Barbieri, alcaldesa de Piacenza.

La funcionaria dijo que el virus rompió el abrazo de la pareja y por este motivo quiso enviarle un mensaje muy especial a Stefano Bozzini desde la conmoción de toda la comunidad de Piacenza, ciudad italiana, pues este hizo todo lo posible para que su pareja no se sintiera sola, a pesar de que no podía visitarla por las restricciones del hospital.

Ha fatto il giro del mondo, la storia dell’alpino Stefano Bozzini e di sua moglie Carla: in quella serenata sotto le…

Publicado por Patrizia Barbieri en Jueves, 26 de noviembre de 2020

“Stefano encontró la forma de superar cualquier barrera. No tengas miedo de mostrarte vulnerable, de manifestar lo que sientes”, publicó la alcaldesa. Y agregó: “En el profundo respeto a su dolor, nos sentimos cerca del señor porque su música esa noche fue una caricia para Carla Sacchi, pero de alguna manera nos alcanzó a cada uno de nosotros”.

El arma de cupido: un acordeón, el mismo que el abuelito ha tocado a largo de su vida para que Carla reconociera el sonido y se diera cuenta del enorme gesto de amor. No pasó mucho tiempo para que cobrara fuerzas y se acercara hasta la ventana. “No olvidaremos lo que nos enseñaste, pero siempre guardaremos su precioso ejemplo”, finalizó Patrizia Barbieri.