Monterrey mejora la vista de la macroplaza


Es verdad que cuando uno viaja a ciudades de otros estados de México, encontramos muchos puestos ambulantes en las calles. Obstaculizando la visión de las calles, fachadas de antiguas edificaciones y además que obstruyen el paso fluido de algunas calles o plazas es como muchos puesteros estorban no sólo al turismo sino al peatón local.

Es por eso que la ciudad de Monterrey, a mejorado mucho en aspectos de embellecimiento simplemente usando uno de los métodos más baratos: Haciendo respetar el reglamento municipal. 

Y es que durante semanas pasadas, poco a poco se fue reportando que comerciantes ambulantes fueron poniendo sus puestos de alimentos y “chucherías” en plena plaza principal de la ciudad.

Dejando una mala fotografía en monumentos tan íconos de la ciudad como la Fuente de la Vida o “Fuente de Neptuno”. Las autoridades atendieron la ley, avisando a los comerciantes de su retiro de manera inmediata.

A los que hicieron caso omiso, se les decomiso su mercancia. Al siguiente día la macroplaza se encontraba en un aspecto normal, limpio y que podía disfrutarse tanto para turistas como para los habitantes de la ciudad.

Monterrey es una de las ciudades que se caracteriza por tener orden en lugares públicos, mismo orden que desaparece en ciudades como la Ciudad de México. Donde sorprende la cantidad de vendedores ambulantes que se suben hasta el metro usando sus vagones y andadores para realizar la venta de númerosos artículos.

Algo que por el contrario, en Monterrey es imposible de observar en el servicio de Metrorrey.

Lo mismo sucede con el transporte urbano de la ciudad, que rechaza la subida de vendedores ambulantes para evitar incomodidad de los pasajeros en su viaje. Sólo en algunas pocas ocasiones los choferes permiten en acto de solidaridad la entrada a personas que recolectan dinero para sus familiares que se encuentran internados en hospitales, centros de rehabilitación o bien.. simplemente tienen alguna discapacidad.

Sin duda, hay que dejar trabajar a las personas. Pero es más importante cumplir las reglas que tienen un propósito y es el bienestar general de la población.