¿Qué está pasando con el clima?

Escribe Hugo Segovia

El clima de la Tierra ha cambiado a lo largo de la historia. Sólo en los últimos 650.000 años se han producido siete ciclos de avance y retroceso de los glaciares, con el fin abrupto de la última era de hielo hace unos 7.000 años marcando el comienzo de la era del clima moderno y de la civilización humana. La mayoría de estos cambios climáticos se atribuyen a muy pequeñas variaciones en la órbita de la Tierra que cambian la cantidad de energía solar que recibe nuestro planeta.

Los satélites en órbita terrestre y otros avances tecnológicos han permitido a los científicos ver el panorama general, reuniendo muchos tipos diferentes de información sobre nuestro planeta y su clima a escala global. Este conjunto de datos, recogidos durante muchos años revelan las señales de un clima cambiante.

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La captura natural de calor del dióxido de carbono y otros gases se demostró a mediados del siglo XIX.

La mayoría de científicos coinciden en que la principal causa de la actual tendencia al calentamiento global es la contribución al “efecto invernadero” que se produce cuando la atmósfera atrapa el calor que irradia de la Tierra, alentada por la contaminación producida por el mismo ser humano.

No hay duda de que el aumento de los niveles de gases de efecto invernadero provoca que la Tierra se caliente cada vez más en respuesta.

 

Estos son algunos de los efectos en el mundo a causa de los cambios climáticos.

Aumento del nivel del mar

El nivel mundial del mar se elevó unos 17 centímetros (6.7 pulgadas) en el siglo pasado. Sin embargo, el incremento de la última década es casi el doble de la del último siglo

 

Aumento de la temperatura global

Las tres principales reconstrucciones mundiales de temperatura superficial muestran que la Tierra se ha calentado desde 1880. La mayor parte del calentamiento ocurrió en los últimos 35 años, con 15 de los 16 años más cálidos registrados desde 2001. El año 2015 fue la primera vez que las temperaturas globales promedio estuvieron 1 grado centígrado o más por encima de la media de 1880-1899

Calor en los Océanos Los océanos han absorbido gran parte de este aumento de calor, con los primeros 700 metros

(aproximadamente 2.300 pies) de océano mostrando un calentamiento de 0.302 grados Fahrenheit desde 1969

La pérdida de masa en capas de hielo, las capas de hielo de Groenlandia y Antártica han disminuido. La NASA y el experimento climático muestran que Groenlandia perdió 150 a 250 kilómetros cúbicos de hielo por año entre 2002 y 2006, mientras que la Antártida perdió alrededor de 152 kilómetros cúbicos de hielo entre 2002 y 2005.

 

El derretimiento de los glaciares

Los glaciares se están derritiendo casi por todas partes alrededor del mundo – incluyendo los Alpes, Himalayas, Andes, Rockies, Alaska y África.

Acidificación oceánica Desde el comienzo de la Revolución Industrial, la acidez de las aguas superficiales de los océanos ha aumentado en un 30 por ciento. Este aumento es el resultado de que los seres humanos emiten más dióxido de carbono en la atmósfera y, por lo tanto, se absorben más en los océanos. La cantidad de dióxido de carbono absorbido por la capa superior de los océanos está aumentando alrededor de 2 mil millones de toneladas por año.

 

Pero puede que no sea demasiado tarde para evitar o limitar algunos de los peores efectos del cambio climático. Responder al cambio climático implicará un enfoque de “mitigación” – reducir el flujo de gases de efecto invernadero a la atmósfera; Y “adaptación” – aprender a vivir y adaptarse al cambio climático que ya se ha puesto en marcha.

El reciclaje y la conducción de vehículos más eficientes en combustible son ejemplos de importantes cambios de comportamiento que ayudarán, pero no serán suficientes. Debido a que el cambio climático es un problema verdaderamente global y complejo con ramificaciones económicas, sociales, políticas y morales, la solución requerirá una respuesta coordinada a nivel mundial (como las políticas y acuerdos internacionales entre países, un impulso a las formas más limpias de energía) Los esfuerzos a nivel municipal y regional (por ejemplo, mejoras en el transporte público, mejoras en la eficiencia energética, planificación urbana sostenible, etc.). De nosotros depende el futuro climático de nuestro planeta.