El experimento de la prisión de Stanford

El proyecto era reclutar como voluntarios a personas, unas guardias y otros de prisioneros en una prisión ficticia, la cárcel de Stanford, que en realidad era el sótano del Departamento de psicología de la Universidad de Stanford; su objetivo ver el comportamiento de las personas realizando cada quien su función.

A closeup of the lock of a jail cell with iron bars and a bunch of key in the locking mechanism with the door open

Los participantes fueron reclutados por medio de anuncios en los diarios y la oferta de una paga de 89 dólares diarios en la actualidad.
El grupo de 24 jóvenes fue dividido aleatoriamente en dos mitades: los “prisioneros” y los “guardias”. Más tarde los prisioneros dirían que los guardias habían sido elegidos por tener la complexión física más robusta, aunque en realidad se les asignó el papel mediante el lanzamiento de una moneda y no había diferencias objetivas de estatura o complexión entre los dos grupos.

Los “guardias” tenían macanas y uniformes, gafas y todo tipo de herramienta policial y trabajaban en turnos. Los que terminaban su guardia podían regresar a sus casas. También tenían el “poder” de humillar y agredir hasta cierto punto e inducir miedo a los prisioneros.

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En cambio los “prisioneros” sólo contaban con un uniforme y un número que debía ser usado para identificarse, además, llevarían una pequeña cadena alrededor de sus tobillos como recordatorio de su encarcelamiento y opresión.

Se les dijo a los “prisioneros” que esperaran en sus casas para ser transportados al lugar del experimento, sin embargo fueron detenidos por policías reales de California. Los prisioneros pasaron un procedimiento completo de detención por la policía, incluyendo la toma de huellas dactilares, que se les tomara una fotografía para ser fichados y se les leyeran sus derechos para después ser llevado a la “cárcel”.

El primer día pasó sin novedades, pero para el segundo se inició un motín y se utilizó violencia verdadera para controlar la situación.

Para el tercer día los prisioneros fueron puestos en celdas separadas para los buenos y los malos, el experimento se volvió un caos, habitando la suciedad y donde las tareas impuestas por los guardias eran humillantes . Según el experimento las personas que tenían el rol de guardias producían sadismo natural y despertaban la sed de poder y superioridad incluso llegando a demostrarlo por las noches cuando creían que las cámaras estaban apagadas.

Zimbardo jefe de la investigación que llevó a cabo el experimento decidió terminar con el proyecto debido a que una periodista puso entrevisto lo que pasaba adentro y cuestionó la moralidad del proyecto.

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Muchos “prisioneros” terminaron con secuelas y trastornos mentales, mientras que los “guardias” enfurecieron al saber que terminaba el experimento.

Haslam y Reicher, psicólogos de la Universidad de Exeter y la Universidad de St. Andrews, llevaron a cabo una repetición del experimento con la asistencia de la BBC. Los resultados y conclusiones fueron muy diferentes a los de Zimbardo.

La prueba que realizaron Haslam y Reicher no terminó en desastre ni caos y se pudo analizar el comportamiento de las personasa. A diferencia del que realizó Zimbardo donde hubo trastornos, caos y abuso de poder.