Dificultades para prestar atención, permanecer quieto y recordar múltiples tareas, se llama…

La condición en la cual el individuo presenta problemas para prestar atención y centrarse en tareas, tiende a actuar sin pensar y le resulta muy difícil el permanecer quieto se llama trastorno de déficit de atención. Puede comenzar etapas tempranas de la infancia y continuar en la edad adulta. Sin tratamiento, el TDAH (Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad)  puede causar problemas en casa, en la escuela, en el trabajo y en relaciones.

El cerebro de las personas que padecen TDAH no producen suficientes substancias químicas en áreas clave del cerebro, responsables de organizar el pensamiento. Sin una cantidad suficiente de estas sustancias químicas, los centros de organización del cerebro no funcionan bien.

Aunque las causas de este trastorno no se saben a ciencia cierta y tienden a variar, algunas investigaciones demuestran que el TDAH es más común en las personas que tienen parientes cercanos con este trastorno. También establecen un vínculo entre el fumar, otros abusos de sustancias y la exposición a toxinas ambientales, como el plomo durante el embarazo.

 

Los tipos de síntomas predominantes de TDAH incluyen:

– Problemas para prestar atención.

El individuo tiende a distraerse fácilmente y presenta dificultades para concentrarse en cualquier tarea.

– Dificultad para permanecer quieto, aún por un corto tiempo.

Esto se llama hiperactividad. Los niños con TDAH tienden a retorcerse, moverse o correr en los momentos equivocados.

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Los adolescentes y los adultos a menudo se sienten inquietos y muchos no son capaces de disfrutar de la lectura u otras actividades “tranquilas”.

– Actuar antes de pensar…

Las personas con TDAH pueden hablar demasiado fuerte, reírse demasiado o sentirse más enojados de lo que merece la situación.

Es posible que en infantes, los niños no puedan esperar su turno o compartir. Esto hace que sea difícil para ellos jugar con otros niños.

Los adolescentes y los adultos pueden tomar decisiones rápidas que tienen un impacto a largo plazo en sus vidas. Pueden gastar demasiado dinero o cambiar de trabajo a menudo.

El TDAH se diagnostica a menudo cuando un niño tiene entre 6 y 12 años de edad.
Es importante acudir con algún especialista y realizar las pruebas necesarias para asegurarse de que este trastorno no se confunda con problemas de aprendizaje, depresión o trastorno de ansiedad.

Aunque no existe cura alguna para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, existen tratamientos capaces de ayudar a controlar los síntomas.

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El tratamiento puede incluir medicamentos y terapia. Cabe decir que en caso de menores, se recomienda a los padres y adultos cercanos vigilar de cerca a los niños después de que comiencen a tomar medicamentos, pues estos pueden causar efectos secundarios tales como pérdida de apetito, dolores de cabeza, dolores de estómago, tics o contracciones musculares y problemas para dormir. Los efectos secundarios generalmente mejoran después de unas semanas. Si no lo hacen, el médico puede bajar la dosis.

Muchos adultos y padres de familia no se percatan que padecen TDAH hasta que sus hijos son diagnosticados. Es entonces que comienzan a notar sus propios síntomas.

Los adultos con TDAH pueden tener dificultades para concentrarse, organizar y terminar las tareas.

A menudo olvidan las cosas, pero también suelen ser muy creativos y curiosos. Les encanta hacer preguntas y seguir aprendiendo. Algunos adultos con TDAH aprenden a manejar los síntomas y encontrar carreras que les permitan usar esas virtudes.

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