Día de muertos: la tradición mexicana más grande

El día de Muertos es una de las tradiciones más antiguas y representativas de México, es una celebración a la memoria de nuestros seres queridos fallecidos, un ritual que privilegia el recuerdo sobre el olvido.

Esta celebración es reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de México y se realiza desde la época precolombina, pues los pueblos prehispánicos realizaban diversos rituales para simbolizar la muerte y el renacimiento.

Los pueblos antiguos creían que morir era el comienzo de un viaje hacia el inframundo o ciudad de los muertos.

La festividad de este día incluye prácticas como adornar las tumbas en los cementerios y dedicar altares para guiar a las ánimas al mundo de los vivos.

En los altares se colocan ofrendas a los muertos que se preparan dependiendo de los gustos del difunto y se colocan alrededor del altar familiar y la tumba.

También se adorna con flores de cempasúchil color naranja que representan el camino que los muertos deben seguir, veladoras que iluminan el camino y platillos que representan la importancia de compartir los alimentos en familia.

En los altares también se suele poner objetos artesanales, decoración de papel picado, fotografías, y objetos con el que se recuerde a los muertos.

Este día el personaje principal es la muerte, y se representa a través de diferentes elementos y ritos como las calaveras, el pan de muertos y las calaveritas de azúcar.

Se cree que las almas de los niños regresan el 1 y la de los adultos el 2 de noviembre por lo que se celebran estos días.