Decir groserías disminuye el dolor

Aunque decir groserías siempre ha sido asociado con la mala educación, la científica Emma Byrne considera que decir malas palabras brinda grandes beneficios a las personas.

La científica explicó en The Wall Street Journal, que decir groserías reduce el dolor y nos hace más resistentes, pues al realizar un experimento descubrió que las personas pueden mantener sus manos sumergidas en agua helada por más tiempo si dicen groserías en comparación a los que usas palabras neutrales.

Los voluntarios involucrados en el experimento aseguraron que el agua se sentía menos fría al maldecir.

Cuando decimos o escuchamos groserías el ritmo cardiaco se acelera, las palmas de las manos sudan y el estado emocional, sea el que sea, se intensifica.

Y aunque los investigadores no saben cual es el motivo por el que esto disminuye el dolor, es muy probable que tenga que ver con las emociones y el incremento en la agresividad.

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Otro estudio publicado en la revista Psychology of Sport and Exercise asegura que insultar aumenta la fuerza y la resistencia, y comprobado por otros diversos estudios las groserías también pueden generar simpatía entre los compañeros del trabajo.