Conoce los mejores inventos descubiertos por accidente

Muchos de los productos que utilizamos fueron creados sin querer y con un propósito muy diferente. La casualidad o el accidente han llevado a desarrollar una idea, finalmente se convierte en un error útil para el resto del mundo.

El enojo y las papas fritas

 

En 1850 el chef George Crum fue considerado uno de los mejores en ese entonces y apodado el rey del sazón por convertir cualquier cosa comestible en un manjar de dioses. Sin embargo en 1853 un cliente enojado por cada platillo que le daban se quejó por el grosor, la humedad y suavidad de las papas, por lo que exigió que le cambiaran el plato por uno bien hecho.

Esto desató el enojo de Crum, quien sin pensarlo hizo un “platillo” cortó las papas más delgadas que lo habitual, las dejó más tiempo en aceite y le hecho un mar de sal, esperando que el comensal se fuera del restaurante inmediatamente.

Su plan fracasó y el cliente pidió un segundo plato de la misma manera. Su éxito fue inmediato en Inglaterra.

Rayos X

 

En 1900, ya se habían descubierto las ondas de radio y la radiación, aunque no se podían ver estaban presentes y era posible comprobarlo mediante instrumental técnico.

Este fenómeno atrajo al físico alemán Wilhelm Röntgen, quien comenzó a experimentar con rayos catódicos (son corrientes de electrones observados en tubos de vacío).

En una de sus sesiones el físico hizo correr electricidad a través del tubo y comenzó a brillar, pero no fue lo único; un producto químico había dejado un rastro en un cartón negro que se supone, debió impedir que la luz se escapara. Lo llamó “X”, por desconocido. Luego de entender el proceso y mejorarlo, “fotografió” la mano de su esposa, manifestando que había visto a la propia muerte (refiriéndose a los huesos humanos).

El dulzor de la sacarina

 

En 1870, el químico ruso Constantin Fahlberg trabajaba en un derivado del alquitrán de hulla (utilizado hoy como pintura anticorrosiva), y ver sus reacciones con compuestos como el amoníaco, cloro y fósforo. En una cena, notó que sus dedos extrañamente tenían un sabor dulce, provocado por la caída accidental de una de las mezclas experimentales sobre sus manos.

Pegamento

 

El pegamento fue descubierto mucho antes que se hiciera conocido masivamente. Aunque en un principio las intenciones del investigador Harry Coover fueron utilizarlo como material para armamento militar, su viscosidad y capacidad para pegar todo impedían cualquier uso práctico.

Esto, hasta que se dio cuenta que el compuesto no requería de calor o presión para unir a dos materiales. Fue entonces, cuando decidió utilizar la sustancia en distintos artículos, comprobando que en su gran mayoría quedaban fusionados de forma permanente.

El horno de Microondas, y la barra de chocolate

 

Todo comenzó con el radar, tecnología utilizada en la Segunda Guerra Mundial para detectar aviones, submarinos y barcos enemigos.

Este proceso había sido desarrollado por Percy Spencer, un científico de la compañía Raytheon, quien experimentó con una nueva clase de magnetrón, un tubo que genera energía para alimentar el radar. Sólo había que mejorar el magnetron, y lo logró gracias a una barra de chocolate.

En medio de sus experimentos, Spencer se dio cuenta que el chocolate en sus bolsillos comenzó a reaccionar a las microondas. Inició sus pruebas con distintos alimentos como granos de maíz, y luego de darse cuenta de su éxito, sólo bastó con fabricar un recinto seguro, creando el horno de microondas. Fue presentado al público en 1967.