¿Cómo sobreviven los animales al invierno?

Con la llegada del invierno cambia todo en pocas semanas, el invierno nos obliga a recluirnos en nuestras casas, a vestir ropas mucho más gruesas e incluso cambia nuestros hábitos alimenticios.

Sin embargo los humanos no somos los únicos que tenemos que hacer cambios para sobrevivir a las bajas temperaturas, los animales también tienen que pasar por este proceso de adaptación para poder subsistir.

Durante esta estación algunos animales se desplazan hacia zonas más cálidas para poder encontrar comida con mayor facilidad, su instinto hace que sepan el momento en el que tienen que migrar, respondiendo a ciclos anuales que tienen en cuenta la cantidad de luz solar o el tiempo atmosférico.

Algunos otros animales se resisten a desplazarse y tratan de adaptarse a las duras condiciones del invierno y a los bruscos cambios de temperatura.

Una forma de adaptarse son los cambios corporales, a muchos les crece nuevo pelaje que les sirve de abrigo, otros como las focas se alimentan en exceso durante el otoño para acumular grasa que les sirva de reserva alimenticia durante el invierno y abrigo.

La hibernación de los animales durante el invierno es el proceso de adaptación más complejo, durante este proceso la temperatura del cuerpo de los animales desciende, y los latidos de su corazón y su respiración se hacen más lentos, por lo que consumen mucha menos energía.

Estas especies se preparan durante el verano ingiriendo más comida y almacenándola como grasa corporal, que les sirve de alimento durante el descanso invernal.

Hay otros animales que adoptan otras medidas para protegerse como los de “sangre fría”, como peces, serpientes, ranas y tortugas que pasan un proceso parecido a la hibernación, en el cuál se resguardan en pequeñas cuevas o agujeros.

Las bajas temperaturas del invierno también afecta a las mascotas domésticas, como los perros y los gatos que necesitan ingerir más alimento durante esta temporada para poder contrarrestar la demanda energética de sus cuerpos ante la necesidad de generar más calor.

Debemos tener en cuenta que si nuestras mascotas viven en el exterior de nuestras casas necesitan una mayor protección en invierno, por lo que se les debe preparar un lugar donde puedan dormir que no se moje, que se mantenga seca y que los mantenga calientes.